Imágenes revelan expansión de la minería ilegal en cerro El Toro que está afectando quebradas y sembríos. Los ilegales siguen operando y transportando mineral a pesar de la prohibición impuesta por la Gerencia Regional de Energía, Minas e Hidrocarburos de La Libertad.
A pesar de la pandemia, la minería ilegal continúa expandiéndose sin control en el cerro El Toro (Huamachuco) y se ha convertido en uno de los peores enemigos del medioambiente y de las comunidades aledañas ubicadas en esta parte de la provincia de Sánchez Carrión. Es una actividad que destruye todo lo que la rodea.
Lo peor de la minería ilegal en esta zona andina es el empleo de sustancias altamente nocivas que integran su modus operandi. Cianuro al aire libre, mercurio, dinamita, sustancias tóxicas que son vertidas en las quebradas o canales de regadío.
Los pobladores advirtieron de este grave problema ambiental que pone en riesgo a las comunidades vecinas que rodean al cerro El Toro. Según denunciaron, las labores mineras y procesadoras de minerales que operan en el lugar vierten desechos y relaves indiscriminadamente, lo que representa también un serio peligro para los sembríos y cuencas de agua destinadas al consumo de la población. Todo ante la falta de acción de las autoridades y vista cómplice de dirigentes locales, señalaron.
En las fotos tomadas por la unidad de investigación del grupo especial PNP, se puede ver este desolador panorama. Los relaves y desechos son vertidos en la quebrada adyacente a la zona y hay pozas de cianuro cerca a los campos de sembríos. Los lugareños mencionaron al cuestionado pastor evangélico, Oswaldo Alva Polo, quien es dueño de una de las plantas procesadoras y es sindicado de operar de forma irregular.
“Este minero ilegal destruye el ecosistema de El Toro en complicidad con su cuñado Guillermo Gonzales. Ante la vista y paciencia de las autoridades y el silencio cómplice de dirigentes y hasta medios locales, uno de ellos que pertenece a la Prelatura de Huamachuco, no dicen absolutamente nada al respecto”, cuestionaron los pobladores.
El hombre religioso intentó llegar a un acuerdo para vender su terreno y procesadora a la empresa Summa Gold Corporation, que es reconocida, como auditada, por el Estado, al parecer, para deshacerse de los serios cuestionamientos y las sanciones contra sus operaciones. “Hace un tiempo el señor Oswaldo Alva Polo ofreció en venta su planta procesadora que como ustedes pueden ver está cerca de la concesión otorgada por el Estado Peruano. La empresa ha desechado su propuesta por varios motivos. No estamos interesados en adquirir absolutamente nada”, recalcó Jaime Polar Paredes, gerente general de Summa Gold Corporation.
A pesar de que la Gerencia Regional de Energía, Minas e Hidrocarburos de La Libertad prohibió todas las actividades de extracción en El Toro estas no se han detenido. Es más, la pandemia ha generado una ola creciente de ilegalidad que azota los caseríos y se lleva consigo grandes extensiones de tierra, hace un elevado uso de agua destinada al consumo humano, explota laboralmente a menores de edad y genera una considerable contaminación ambiental.
Los lugareños señalaron que una de las labores que no ha paralizado sus operaciones es Mineral´s Doña Julia, donde murieron cuatro personas en un socavón en mayo. Aquí laboran sujetos plenamente identificados y que extraen irregularmente el mineral. Hasta el día de hoy ningún fiscal de Huamachuco, ni la representante de la Fiscalía Provincial Especializada en Materia Ambiental, Lastenia Acuña, ha resuelto nada.
También lamentaron que Jorge Espejo Moreno, dueño de este campamento minero, y el pastor Alva Polo sigan insistiendo en ser nombrados autoridades vecinales para seguir presuntamente manipulando a los pobladores de Shiracmaca, caserío convertido en la gran guarida de los mineros ilegales.
Según investigación policial, está la familia Ballena, los hermanos la Cruz Mauricio, los Gonzales Peña, Rojas Sosa, Fernández, Alayo Carrión, Murga Vásquez, entre otros. Todos ellos plenamente identificados que trabajarían en labores mineras, como las de Jorge Espejo.
La población señaló que esta actividad merece rechazo en Huamachuco y la inmediata intervención de las autoridades, porque los ilegales en su afán de robar mineral incrementan la fiebre por el oro e invaden áreas protegidas y territorio de las comunidades.
“Se trata de un negocio ilícito que beneficia a pocos a costa de muchos. El dinero que gira en torno a esta actividad es sumamente elevado, tanto que sirve para solventar el silencio de muchos y la complicidad de dirigentes y hasta autoridades”, cuestionaron.
La minería ilegal genera daños directos e indirectos en la salud de las personas que arriesgan su vida en los socavones, incluidos menores de edad, por la exposición al polvo, la radiación solar excesiva, humedad y manipulación directa al cianuro. Y lo más grave: ha generado una crisis social y ambiental por la degradación del territorio y la contaminación por mercurio, coinciden los especialistas.
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