El 97% de la distribución de gas
natural en el Perú estaría en manos de dos empresas colombianas socias de
Cálidda: PROMIGAS y Grupo Energía Bogotá. Ahora, buscan ampliar su dominio con
una adenda y un esquema de subsidios que podría beneficiar a grandes industrias
a costa de los consumidores peruanos. ¿Estamos ante un impulso a la
masificación o el intento de consolidar un monopolio?
En Perú, el 97% de la propiedad de las
empresas distribuidoras de gas natural está en manos de dos empresas
colombianas socias de Cálidda: PROMIGAS y Grupo Energía Bogotá. Nadie duda que
ambas compañías ejecutaron un arduo trabajo para masificar el gas natural a
nivel nacional, no obstante, la presentación de una adenda y el rotundo rechazo
del Poder Ejecutivo para promulgar una Ley que permitiría distribuir aún más
este recurso parece revelar que ambas firmas extranjeras intentarían voltear el
tablero.
Se presume de dos movimientos
sospechosos. El primero, al cual denominaron
“tarifa única”, y el segundo, una adenda al contrato de Cálidda para
extender su concesión por 10 años más en Lima y Callao.
LA FAMOSA TARIFA UNICA
¿Qué significa “tarifa única”? Según
las distribuidoras colombianas, el Estado Peruano debería subsidiar el precio
del gas natural a todas las empresas fuera de Lima, incluso, las plantas
industriales de minería, pesca u otros. El argumento se basa en que si se
subsidia a las grandes industrias, su consumo sería tan alto que las empresas
distribuidoras tendrían más ingresos para poder luego invertir en más redes y
ductos de este recurso. Es decir, más ingresos para invertir. Pero, ¿es esto
cierto?
Para que este dinero llene la bolsa de
inversión que proponen ambas compañías, primero se debe aumentar la tarifa del
gas natural en Lima y Callao. Se estima que el 75% del dinero extra recaudado
servirá para subsidiar a las grandes empresas debido a su volumen de consumo,
mientras que solo el 25% irá a los negocios locales. Este no era el plan.
Por otro lado, el 99% de quienes necesitan subsidio consumen
menos de 50,000m3 de gas natural al mes. Esto equivale a más de 2,700 balones
de gas. Esto hace referencia a que, con un tope al subsidio hasta los 50,000m3,
ya se estaría ayudando a quienes realmente lo necesitan: pequeñas y medianas
industrias, comercios y hogares.
Desde hace varios años aún se espera
que las promesas de inversión de las empresas colombianas se cumplan, ¿por qué
esta vez sería diferente? Cabe mencionar que los ductos de distribución que
tenemos actualmente en el país son gracias al Estado, a través del Fondo de
inclusión social energético (FISE). Si el Estado es capaz de cumplir esta
función, ¿realmente es necesario que empresas como Cálidda, PROMIGAS o Grupo
Energía Bogotá intervengan?
ADENDA DE CALIDDA
Cálidda está empujando una adenda para
la extensión de su contrato y una ampliación de su concesión. Si el Estado
aprueba dicha solicitud, esta empresa podría tener ganancias extraordinarias de
US$1,000 millones, pero invertir muy poco en infraestructura. Si la empresa
tuviera bajo su poder más del 80% del mercado peruano de gas natural, esto
también indicaría que se crearía una suerte de monopolio, un mecanismo
inconstitucional estipulado por la Constitución Política del Perú.
Para el presidente de la Asociación de
Contribuyentes del Perú, José Ignacio Beteta, si las empresas colombianas
desean participar del proceso de masificación de gas natural, “éstas deben
competir, seguir operando y tener mejores condiciones para crecer. Han hecho un
gran trabajo ya, pero no pueden convertirse en un monopolio que no es natural y
que vende cuentos que no se harán realidad”.
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