En Perú, la excesiva regulación, el
difícil acceso al crédito y la falta de planificación urbana convirtieron la
autoconstrucción en la única opción para miles de familias. Mientras la
vivienda formal sigue siendo inaccesible para los sectores de menores ingresos,
la informalidad se expande con el aval del Estado.
La informalidad
en el sector vivienda es uno de los problemas más críticos y persistentes en el
Perú. Se estima que más del 90% de la expansión urbana en el país ocurre de
manera informal, y el 73% de las viviendas son producto de la autoconstrucción.
Esto ha generado ciudades con infraestructura precaria, viviendas vulnerables a
desastres naturales y servicios públicos insuficientes. Además, la burocracia
excesiva y los altos costos de formalización incentivaron esta situación,
haciendo que la mayoría de los ciudadanos busque soluciones fuera del marco
legal.
La Asociación
de Contribuyentes del Perú (ACP) emitió un análisis respecto a los factores que
impiden la formalización en el sector, entre las principales causas resaltan la
excesiva regulación, falta de financiamiento, tráfico de terrenos, limitada
planificación urbana y un mercado de vivienda formal poco asequible.
Exceso de burocracia y regulaciones
complejas
El proceso para
obtener permisos de construcción en Perú es largo y costoso, lo que desalienta
la formalización y promueve la autoconstrucción en terrenos sin servicios
básicos. La demora en la aprobación de licencias lleva a muchas familias a
edificar de manera informal, agravando el problema de acceso a vivienda
adecuada.
Falta de acceso a créditos y
financiamiento
Los requisitos
para acceder a créditos hipotecarios excluyen a gran parte de la población con
ingresos informales o bajos. Los programas de vivienda social tienen criterios
restrictivos que dejan sin opciones a muchas familias, quienes terminan
construyendo por su cuenta, sin asesoría técnica y en condiciones precarias.
El Estado incentiva la producción de
vivienda informal
Mientras que la
vivienda formal está sujeta a regulaciones costosas y complejas, la
urbanización informal es tolerada e incluso incentivada. La expectativa de que
el Estado provea servicios básicos a asentamientos informales sin costo fomenta
la ocupación ilegal de terrenos y la especulación inmobiliaria.
Tráfico de terrenos y ocupaciones
ilegales
El crecimiento
desordenado de las ciudades ha permitido la proliferación del tráfico de
terrenos, donde mafias venden lotes sin títulos ni servicios. Muchas familias
vulnerables ocupan estos terrenos con la esperanza de regularizarlos en el
futuro, agravando la expansión informal.
Falta de planificación urbana
La expansión de
las ciudades peruanas ha ocurrido sin una estrategia integral, lo que ha
generado asentamientos informales en zonas de alto riesgo. La ausencia de un
rol activo del Estado en la planificación urbana ha dejado el crecimiento de
las ciudades en manos de la informalidad.
El mercado de vivienda formal no se
masifica
El acceso a
vivienda formal está limitado a los sectores de mayores ingresos, mientras que
los programas de financiamiento para sectores medios y bajos resultan
insuficientes o poco accesibles. Como consecuencia, la autoconstrucción y la
informalidad siguen siendo la principal alternativa para la mayoría de los
hogares de bajos ingresos.
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