Pese
a que la tasa anual de crecimiento promedio de la inversión en salud es de
15.1%, el país aún enfrenta serías brechas de accesibilidad en este sector.
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En
2009, se promulgó el Aseguramiento Universal en Salud (AUS) que buscaba
garantizar el acceso oportuno a servicios de salud de toda la población. A más
de 15 años de promulgada la ley, las brechas estructurales en la oferta de
servicios de salud y su accesibilidad limitan el acceso oportuno a una atención
de calidad.
Según
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Perú
cuenta con menos infraestructura de atención en salud que países miembros de la
OCDE. Además, la infraestructura de
hospitales de 16 de las 25 regiones del país no cuentan con equipo suficiente.
Ello, según el informe, generó que las necesidades sanitarias no sean cubiertas
, especialmente en zonas rurales. La Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO),
reveló que, a nivel nacional, el 32% de la población señaló que sus necesidades
médicas no fueron cubiertas por un puesto de salud.
CAPACIDAD DE DIAGNÓSTICO AUSENTE
La OCDE advierte que, además de la falta de
infraestructura hospitalaria, el acceso a la atención médica en Perú sigue
siendo limitado. Según un informe de Videnza Consultores, la población de las
zonas más alejadas del país deben trasladarse un lapso de dos horas para llegar
a un establecimiento de salud categoría-3 como centros médicos o policlínicos.
Un establecimiento de categoría I-3 es un
centro de salud dedicado a la atención comunitaria, atenciones con
medicamentos, partos, prevención del cáncer, radiología dental e intervenciones
de cirugía de consultorio externo. Según Videnza, el 76% de los
establecimientos de categoría I-3 no cuenta con capacidad diagnóstica. Es
decir, estos centros no cuentan con información técnica actualizada sobre los
recursos y capacidades con los que operan, lo que impide saber si están
preparados para atender adecuadamente a la población.
Este tipo de establecimientos debería resolver
el 80% de necesidades de atención médica comunes. Tienen una posición
estratégica de reducir los problemas de salud más frecuente y reducir la
sobrecarga de niveles superiores. En total, 760 distritos del país no cuentan
con un establecimiento de salud de categoría I-3 o superior con capacidad
diagnóstica, lo que afecta directamente a cerca de 2 millones de peruanos.
DISTRITOS SIN CENTROS DE SALUD
Áncash
es el departamento con más distritos (111) sin establecimientos de salud
superior a nivel I-3. En el caso de La Libertad, 27 distritos no cuentan con
establecimiento de salud de categoría I-3 o superiores. Esta falta de
infraestructura afecta a cerca de 143 mil habitantes.
DÉBIL EJECUCIÓN PRESUPUESTAL
Una
de las razones detrás de la falta -o
inexistencia- de infraestructura en el primer nivel de atención es la baja
ejecución del presupuesto destinado a salud por parte de los gobiernos locales.
Según el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), en 2024 dejaron de invertirse
S/ 247 millones en proyectos de infraestructura sanitaria, como postas,
hospitales y equipamiento de centros de salud.
En
el caso de la Libertad, según el MEF en 2024, las municipalidades recibieron un
presupuesto total de S/ 35 millones para proyectos de inversión en salud. Del
total de ese presupuesto se ejecutó un 61.6%. Según el MEF, hay municipalidades
que, pese a tener un presupuesto asignado, no han ejecutado más del 20% en
proyectos de inversión para este fin. Por ejemplo, la municipalidad distrital
de Pataz recibió un presupuesto de S/ 6 millones y solo registró una ejecución
del 19.4%.
La
baja ejecución de los fondos asignados refleja una gestión ineficiente que
impide que el dinero público cumpla su propósito: ofrecer atención médica de
calidad y oportuna.
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