Según el informe financiero de PetroPerú, la
compañía perdió alrededor de US$823 millones entre enero y diciembre de 2023,
lo que corresponde a la pérdida de aproximadamente US$1,500 por minuto.
Las transferencias efectuadas a favor de la estatal
sirven para cubrir sus pérdidas recurrentes y, por el tipo de inyección de
capital, estas no figuran como gasto y, por ende, no afectan al déficit fiscal.
Esta ecuación se repite en los préstamos
garantizados por el Estado, debido a que solo se reflejan en el cambio en el
stock de deuda. El dinero del bolsillo de los contribuyentes está comprometido
en “salvatajes” que superan los S/10,000 millones, este monto equivale a casi
el 50% del presupuesto de protección social y el 80% del presupuesto de
saneamiento. Pese a estos fondos, PetroPerú continúa en crisis y al borde de la
quiebra.
Es difícil definir en qué momento la empresa
comenzó a perder mucho más dinero del que era capaz de recaudar anualmente,
pero un informe de Apoyo Consultoría nos acerca históricamente al inicio de los
problemas.
CRISIS ANUNCIADA
En 2006, el Congreso aprobó la Ley 28694 para
regular el contenido de azufre en el diésel. Si la Refinería de Talara no se
comprometía a modernizar sus instalaciones, tenía que cerrar sus puertas. Tras
diversas negociaciones, en 2013, el Minem anunció la formulación de la Nueva
Refinería de Talara, poniendo fin a las modificaciones de una de las plantas
más importantes de la petrolera estatal. Cabe precisar que la inversión del
nuevo proyecto fue de US$2,730 millones.
En 2017, el gobierno hizo su primera inyección de
capital de US$325 millones a favor de la financiación de la Nueva Refinería de
Talara. Si la propia compañía requería de fondos para impulsar la construcción
de la nueva planta, es un indicativo de que sus finanzas no se encontraban “en
azul”. Pese a ello, en 2021, el Estado le cedió la explotación del Lote I por
un plazo de dos años.
Tras el escándalo de corrupción desatado en 2022 y
la separación de Hugo Chávez del cargo de gerente general de PetroPerú, la
empresa solicitó un salvataje ante el MEF en mayo, el cual consistía en un préstamo
de US$750 millones y US$500 millones de garantías. Posteriormente, en
diciembre, solicitó un segundo rescate de US$1,000 millones.
En agosto de 2023, la petrolera hizo una petición
de US$2,550 millones, sin embargo, el Estado priorizó otras necesidades y negó
la ayuda financiera. Meses más tarde, el gobierno asignó temporalmente los
Lotes IV y Z-69 y renovó el contrato del Lote I. Ese mismo año, la compañía
anunció que la Nueva Refinería de Talara estaba lista para operar tras 9 años y
una inversión total de US$6,530 millones.
A principios de 2024, la estatal solicitó un nuevo
rescate financiero, el cual fue negado tras continuas evaluaciones del Consejo
de Ministros. Se espera que el MEF reorganice el directorio a fin de evitar que
la petrolera continúe perdiendo miles de millones de dólares anuales. Sobre
todo, ahora que el titular del Minem, Rómulo Mucho, anunció que la deuda de la
empresa supera los US$8,488 MM, 4 veces más que el patrimonio actual de la
firma (US$1,122.1MM).
Según el informe financiero de PetroPerú, la
compañía perdió alrededor de US$823 millones entre enero y diciembre de 2023,
lo que corresponde a la pérdida de aproximadamente US$1,500 por minuto. Las
transferencias efectuadas a favor de la estatal sirven para cubrir sus pérdidas
recurrentes y, por el tipo de inyección de capital, estas no figuran como gasto
y, por ende, no afectan al déficit fiscal.
Esta ecuación se repite en los préstamos
garantizados por el Estado, debido a que solo se reflejan en el cambio en el
stock de deuda. El dinero del bolsillo de los contribuyentes está comprometido
en “salvatajes” que superan los S/10,000 millones, este monto equivale a casi
el 50% del presupuesto de protección social y el 80% del presupuesto de
saneamiento. Pese a estos fondos, PetroPerú continúa en crisis y al borde de la
quiebra.
Es difícil definir en qué momento la empresa
comenzó a perder mucho más dinero del que era capaz de recaudar anualmente,
pero un informe de Apoyo Consultoría nos acerca históricamente al inicio de los
problemas.
CRISIS ANUNCIADA
En 2006, el Congreso aprobó la Ley 28694 para
regular el contenido de azufre en el diésel. Si la Refinería de Talara no se
comprometía a modernizar sus instalaciones, tenía que cerrar sus puertas. Tras
diversas negociaciones, en 2013, el Minem anunció la formulación de la Nueva
Refinería de Talara, poniendo fin a las modificaciones de una de las plantas
más importantes de la petrolera estatal. Cabe precisar que la inversión del
nuevo proyecto fue de US$2,730 millones.
En 2017, el gobierno hizo su primera inyección de
capital de US$325 millones a favor de la financiación de la Nueva Refinería de
Talara. Si la propia compañía requería de fondos para impulsar la construcción
de la nueva planta, es un indicativo de que sus finanzas no se encontraban “en
azul”. Pese a ello, en 2021, el Estado le cedió la explotación del Lote I por
un plazo de dos años.
Tras el escándalo de corrupción desatado en 2022 y
la separación de Hugo Chávez del cargo de gerente general de PetroPerú, la
empresa solicitó un salvataje ante el MEF en mayo, el cual consistía en un
préstamo de US$750 millones y US$500 millones de garantías. Posteriormente, en
diciembre, solicitó un segundo rescate de US$1,000 millones.
En agosto de 2023, la petrolera hizo una petición
de US$2,550 millones, sin embargo, el Estado priorizó otras necesidades y negó
la ayuda financiera. Meses más tarde, el gobierno asignó temporalmente los
Lotes IV y Z-69 y renovó el contrato del Lote I. Ese mismo año, la compañía
anunció que la Nueva Refinería de Talara estaba lista para operar tras 9 años y
una inversión total de US$6,530 millones.
A principios de 2024, la estatal solicitó un nuevo
rescate financiero, el cual fue negado tras continuas evaluaciones del Consejo
de Ministros. Se espera que el MEF reorganice el directorio a fin de evitar que
la petrolera continúe perdiendo miles de millones de dólares anuales. Sobre
todo, ahora que el titular del Minem, Rómulo Mucho, anunció que la deuda de la empresa
supera los US$8,488 MM, 4 veces más que el patrimonio actual de la firma
(US$1,122.1MM).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario